viernes, 3 de mayo de 2013

Objetivos "Tesis San Isidro del Inca"


Título

1.- Tradición y Modernidad en el noreste de Quito: “El caso de la expansión urbanística del barrio San Isidro del Inca”

2.- Descripción del análisis de los conflictos socioambientales de la expansión urbana: “El caso del barrio San Isidro del Inca”

 

4.- Objetivos

Objetivo principal

 

ü  Analizar las relaciones de conflictividad socioambiental y sus consecuencias entre indígenas y mestizos del barrio “San Isidro del Inca” a partir de la expansión urbanística.

 

Objetivos Específicos

 

ü  Caracterizar la expresión de las relaciones de convivencia de los indígenas (yumbos, zámbizas) y mestizos dentro de un mismo territorio.

ü  Identificar las consecuencias socio-económicas, producidas por los nuevos conjuntos habitacionales en el barrio “San Isidro del Inca”.

ü  Identificar las consecuencias socio-culturales producidas por los nuevos conjuntos habitacionales en el barrio “San Isidro del Inca”.

ü  Identificar las consecuencias socio-ambientales producidas por los nuevos conjuntos habitacionales en el barrio “San Isidro del Inca”.

 

lunes, 8 de abril de 2013

avance completo


FACULTAD LATINOAMERICA DE CIENCIAS SOCIALES                                         TALLER DE TESIS I                                                                                                                MAYRA ESCOBAR                                                                                                                ESTUDIOS SOCIOAMBIENTALES (2012 - 2014)

 

1.- Título

Tradición y Modernidad en el noreste de Quito: “El caso de la expansión urbanística del barrio San Isidro del Inca”

 

2.- Antecedentes

El surgimiento de problemáticas relacionadas en torno a tradición y modernidad en diferentes barrios de Quito no es un hecho reciente. Existen estudios de gran importancia y riqueza histórica que han permitido vislumbrar este proceso; tal es el caso del libro escrito por Eduardo Kingman (2008) titulado “La ciudad y los otros, Quito 1860 -1940. Higienismo, ornato y policía” que brinda una idea amplia de los cambios que ha tenido la urbe, en donde ha dejado de ser una “ciudad  señorial” para tornarse en una “ciudad de la primera modernidad”. Dicho cambio no se ha desarrollado de modo homogéneo, ni ha llegado a todos los sectores sociales; por lo cual esta transición ha sido catalogada como excluyente.

Dado dicho acontecimiento, en la ciudad de Quito prontamente se manifestó una mixtura. Por un lado, estaba la modernidad rodeada de mejoras en los medios de transporte[1], que dio paso a una evolución económica de la ciudad; hecho que incidió en la ampliación de zonas urbanas y de nuevas formas de estructuración social. Produciendo un cambio en la ciudad señorial, así como la diferenciación de los oficios y su localización en el espacio urbano (Kingman, 2008). No obstante, por el otro lado, se seguía manteniendo una lógica de ruralidad manifestada en aspectos económicos, sociales, culturales y morales.

La ciudad de Quito se encuentra atravesada por profundas fronteras sociales y étnicas. En ésta se desarrollan espacios de poder y prestigio; al igual que la acumulación del capital económico, social, cultural (Bourdieau, 2002) y religioso. Haciendo de esta ciudad andina un espacio destinado a la distinción, diferenciación social y étnica (Kingman, 2008). Situación que acentúa el racismo, manifestado especialmente en el rechazo hacia lo indígena, puesto que es concebido como un símbolo del ámbito rural, de la barbarie, del atraso y por lo tanto se encuentra en oposición al mundo moderno de la ciudad.

El rechazo hacia lo rural, no sólo se manifestaba en el desprecio al indígena, sino también a los espacios en donde se desarrollaba la vida cotidiana. Por tal razón, (como menciona Horacio Capel en el prólogo del libro “La ciudad y los otros Quito 1860-1940, Higienismo, ornato y policía” escrito por Eduardo Kingman) a partir de 1908 empezó un proceso de proliferación de barrios de viviendas populares en el Ecuador que estaban destinadas a obreros o trabajadores. Prontamente, dado el desarrollo industrial, hubo un incremento de la clase media y una modificación en los patrones de consumo, en los gustos y en las costumbres; situación que generó la creación de barrios destinados a dicha clase social en la ciudad de Quito.

Un gran número de parroquias urbanas de Quito, a inicios del siglo XX, todavía tenían grandes predios rústicos, con lo cual no se trata solamente de un proceso de anexión de los grandes territorios periurbanos dentro del proceso de expansión urbana, sino de la atracción que el mercado urbano de actividades representaba para los pobladores de esos nuevos suburbios, así lo menciona Joan Pujadas en el prefacio del libro “La ciudad y los otros Quito 1860-1940, Higienismo, ornato y policía” escrito por Eduardo Kingman.  Por tal razón a medida que la ciudad avanza, los procesos de territorialización también lo hacen, y esto produce una mayor división y un crecimiento de la ciudad en la que cada vez más se necesita del desarrollo de la tecnología y con ella de los medios de información, entendido desde un punto globalizador, el mismo que busca la apropiación de espacios destinados al consumo, y a la reproducción del modelo capitalista.

            El barrio “San Isidro del Inca” se encuentra sumido dentro de la lógica de expansión urbanística, que permite reflejar una relación de tradición y modernidad. Es decir, que existen elementos de ruralidad plasmados en los domicilios y en las personas que los habitan que se caracterizan generalmente por pertenecer a una clase (media baja y baja), pero al mismo tiempo existen otros conjuntos habitacionales que se los podría describir como amplios, modernos, o cómodos, principalmente se encuentran habitados por individuos pertenecientes a otra clase social (media, media alta y alta), la seguridad es un factor primordial; por ello utilizan avanzados sistemas electrónicos de protección y cerramiento, lo cual les provee de cierta tranquilidad, distinción y enclasamiento; al tiempo que crea desigualdad y diferenciación entre los actores que habitan un mismo territorio.

Esta diferenciación existente dentro del territorio que es compartido por individuos de diferentes clases sociales se manifiesta en la estética, en el “ornato” como lo llama Kingman, es decir, lo bello es sinónimo de bueno, de sano, más espacios verdes proveen a los habitantes de dicho sector sentirse más cerca de la naturaleza. Mientras que los otros habitantes o los “antiguos” no gozan de estos “privilegios”, de poder  habitar su residencia, al tiempo que también se sienten en el campo.

Dentro de esta misma lógica, existe un proceso de mercantilización de la tierra que tiene estrecha relación con la dinámica de crecimiento urbanístico en el barrio “San Isidro del Inca”, lo cual se relaciona con la transformación que está viviendo la ciudad de Quito. Esta expansión del territorio es uno de los orígenes de los llamados impactos ambientales que no sólo producen repercusiones socioambientales, sino también políticas, culturales y económicas que se reflejan en el accionar de los actores sociales dentro de la ciudad.  

 

3.- Justificación

La presente investigación surge como una inquietud dada la dinámica de modernidad y ruralidad que se presenta en el Barrio “San Isidro del Inca” de la ciudad de Quito. En los últimos años en  dicho lugar se ha generado un proceso de expansión urbanística, con implicaciones socioambientales. Como resultado de ello se ha obtenido una transformación social, cultural y económica para los antiguos habitantes del sector que originalmente eran un asentamiento indígena.

La ciudad de Quito al ser una urbe andina mantiene prácticas indigenistas, esta característica nos marca y está presente en todas nuestras acciones y comportamientos sociales dados en la vida cotidiana; este hecho no sólo se presenta en las relaciones sociales, sino también en la manera en cómo se usa el espacio. Para la presente investigación este hecho se manifiesta en el caso de las nuevas construcciones modernas versus las antiguas que son consideradas como las arcaicas o rurales; en cada una de ellas habitan miembros de distintas clases sociales que tienen sus propios significados, valores, situaciones y realidades. Esto crea la posibilidad de que se originen distintos conflictos sociales y formas por tratar de apropiarse o delimitar un territorio, el mismo que sufre transformaciones de todo tipo manifestado en los usos, los costos y la calidad.

            Esta investigación ha sido realizada dada la expansión del fenómeno urbanístico que presenta la ciudad de Quito en los últimos años y las implicaciones o consecuencias socioambientales que este factor ocasiona a nivel social, político, económico, cultural y ambiental; que para su entendimiento serán abordados desde la corriente teórica de la ecología política, la cual permite  tener una mirada más compleja y clara de la realidad.

El aporte que brinda el presente estudio se enmarca en señalar que factores son los conllevan a que exista o no conflicto entre los antiguos y nuevos habitantes del barrio “San Isidro del Inca”. La evolución que presenta hoy en día dicho sector está enmarcada dentro un proceso globalizador, el mismo que trata de aniquilar lo rural para imponer lo moderno y aniquilar a la diferencia, de modo que haya un libre paso hacia la homogenización.                                        Esta investigación es una pequeña apertura en el campo del estudio socioambiental, para así dirigirse hacia nuevos e inexplorados ámbitos de estudio en torno al proceso de cambio y a la relación que mantiene la ciudad con el medio ambiente.

 

4.- Objetivos

            Objetivo principal

Establecer si existen relaciones de conflicto en el barrio “San Isidro del Inca” entre los antiguos habitantes del sector versus los nuevos habitantes para poder ver su influencia en los problemas socioambientales.

            Objetivos Específicos

-          Determinar la relación de poder de representaciones sobre el territorio que tienen los nuevos habitantes junto a los antiguos habitantes.

-          Explicar el impacto social, económico, cultural y ambiental que los nuevos conjuntos habitacionales han producido en el barrio “San Isidro del Inca”.

 

5.- Marco teórico

 

La ecología política urbana es una disciplina en emergencia que provee de un enfoque multidisciplinario para el  análisis del  cambio socioambiental que se presenta en los asentamientos urbanos. Para conseguir “ciudades sostenibles” es necesario dos condicionantes, el primero se relaciona con los aspectos políticos, sociales, económicos, culturales y ambientales que producen los paisajes urbanos. Y, el segundo tiene que ver con la estructura y organización de las relaciones de poder, sus discursos y su expresión social e institucional en dichos entornos (Gómez 2006) que viene a ser la ciudad como tal, entendida desde uno de los principales espacios que entra dentro del juego de la disputa.

 

            Para lograr una sostenibilidad urbana, algunos son los factores que deben ser tomados en cuenta. Un medio ambiente urbano saludable, no puede ser entendido desde un punto estrictamente económico; es importante tener presente que el ser humano está inmerso dentro de un complejo campo, en el cual sus relaciones sociales se conjugan con el ámbito político, cultural, ambiental, etc., que son expresados en los procesos de urbanización.

 

            La ecología política urbana brinda una visión multidisciplinaria e integradora de los acontecimientos llevados a cabo en las ciudades. Otras disciplinas pertenecientes a las ciencias sociales no han podido explicar de manera clara los factores que conllevan a un proceso de cambio socioambiental. “La ecología política representa una alternativa a la ecología clásica o «apolítica», y tiende a incorporar explícitamente la influencia significativa de las fuerzas políticas, sociales y económicas en el estudio del cambio socioambiental” (Gómez, 2006:170). La idea recién expuesta se complementa al afirmar que:

 

El mundo se encuentra en un estado de metabolismo perpetuo en el que los procesos naturales y sociales se combinan en contextos históricos y geográficos específicos, dando como resultado “socionaturalezas producidas” o “naturalezas históricas” compuestas por elementos biofísicos, económicos, políticos, sociales y culturales  (Swyngedouw, 1999: 447citado en Gómez, 2006: 171).

 

 

La mercantilización e instrumentalización de diversos elementos y procesos naturales ha creado perfectas plataformas para la acumulación de riquezas. Esto ha sido posible en la medida que existen las condiciones políticas, sociales y económicas que permiten que la naturaleza sea vista como “un instrumento de consumo” en el espacio urbano de una ciudad capitalista (Irarrázaval, 2012).

 

La urbanización crea relaciones cada vez más complejas entre la naturaleza y las ciudades que no deberían verse de manera opuesta a la ecología o el medio ambiente. La ecología política urbana no se centra en afirmar que sí existe una degradación de la naturaleza en el proceso de expansión de la ciudad, sino que también “trabaja aceptando la riqueza biológica y la diversidad ecológica de los ambientes urbanos” (Gómez, 2006: 172).

 

                       

La ecología política urbana considera la urbanización como un proceso que está en el origen de muchos de los impactos ambientales y, al mismo tiempo, los contextos urbanos son entendidos como los espacios donde los problemas socioambientales se experimentan más profundamente (Gómez, 2006:172). En otras palabras, “[i]t is on the terrain of the urban that [the] accelerating  metabolic transformation of nature becomes most visible, both in its physical form and  its socioecological consequences” (Heynen et.al, 2006:41). En apoyo a esta tesis Irrarázabal menciona que:

 

El medio ambiente urbano constituye una transformación de la naturaleza, que representa extensos  procesos sociales, políticos y económicos que se articulan material e inmaterialmente en la ciudad, así como en su dinamismo metabólico, propio de un  espacio humanamente producido. Las desigualdades socioambientales, materializadas en las distintas morfologías que componen la ciudad, evidencian estos procesos, así como los modelos adoptados, vividos, o bien impuestos en ella (Irarrázabal, 2012:75).

 

 

El enfoque que tiene la ecología política urbana se caracteriza por ser crítico y por tener en cuenta los aspectos socioeconómicos del consumo combinados con los aspectos sociopolíticos, culturales y ambientales. Ellos intervienen en el análisis de los paisajes y los espacios de consumo que se crean durante el proceso de urbanización (Gómez, 2006). El cambio que se muestra en la ciudad radica en la producción de nuevos paisajes urbanos, los cuales producen segregación social[2],  es decir diferenciación y desigualdad dado los lugares donde se ubican y los diseños de las edificaciones a construirse, las mismas que cuentan con un “imaginario verde” que es empleado por las inmobiliarias como un plus en el cual los nuevos compradores podrán sentirse más cerca de la naturaleza. Según  Irarrázabal (2012) estas condiciones han determinado que en las ciudades se desarrolle una desigual distribución de las condiciones ambientales, dado que cuando la gestión urbana queda en manos del sector privado, sólo las élites o clases sociales[3] con mejores condiciones culturales y económicas pueden acceder a áreas verdes y al arbolado urbano, incrementando cada vez más la desigualad y marginación.  

 

 

Por ejemplo, el habitar zonas con mayor presencia de áreas verdes implica una serie de benecios para la población como la regulación de los riesgos hidrometeorológicos y de remoción en masa,  la captación de material particulado y la depuración de la columna de aire, la concentración de biodiversidad (especialmente avifauna), así como también todas las ventajas paisajísticas, espirituales y culturales que implica (Irarrázabal, 2012 :75).

 

 

Las clases sociales que acuden a vivir en estos nuevos sectores urbanizados son considerados como nuevos habitantes y a los antiguos moradores como viejos y son ellos quienes conocen la historia y transformación que ha tenido especifico sector en la ciudad. Dentro de este contexto existe desigualdad que en el plano de la ecología política urbana responde a una injusticia ambiental[4], los sectores destinados a personas de estratos económicos altos son los que producen mayor contaminación atmosférica y mayores temperaturas, esto dado al tipo de construcción, al uso de vehículos privados, pues no tienen un sólo vehículo, al menos son dos, esto depende de los miembros de la familia.  La contaminación por parte del parque automotriz en la ciudad de Quito constituye la principal fuente de polución y emanación del dióxido de carbono hacia el medio ambiente. Por su parte, los sectores pobres que viven en el mismo sector utilizan el transporte de uso masivo, como los buses, trolebús, metro, ecovía, lo cual indica que ellos no se benefician ambientalmente con la presencia de estas nuevas edificaciones.

 

 

Para clarificar este hecho, podemos recurrir a las cifras del (Plan Maestro de Movilidad del DQM 2009-2015), en las cuales según el gráfico 1 se observa cómo los automóviles se han incrementado: en 1999 había alrededor de más de 200.000 vehículos, en el año 2012 esta cifra se ha triplicado y la cifra ha ascendido alrededor de 600.000 automóviles, lo cual es claramente palpable con el tráfico existente en la ciudad de Quito.                                                            

 

 

Gráfico 1


 

FUENTE: Plan Maestro de Movilidad del DMQ 2009-2015

El gráfico indica el incremento del parque automotriz y con esta situación es muy complicado que exista una reducción de la contaminación atmosférica. Según Romero (2009) esta diferenciación responde a las desiguales socioeconómicas de sus residentes, manifestadas en las densidades de ocupación de los suelos urbanos, presencia de áreas verdes, materiales y diseños de las construcciones. Estas asunciones se englobarían en el contexto de la ecología política de inspiración marxista, que asocia las injusticias del desarrollo urbano desigual con los procesos propios del capitalismo (Gómez, 2006).

 

 

El desmejoramiento de las condiciones ambientales en las ciudades como consecuencia de la privatización de los espacios urbanos, ha hecho que haya una disminución en la calidad de los climas y en la vegetación de las ciudades. Éstas al encontrarse inmersas dentro de un marcado proceso de expansión urbana, se ven afectadas por la reducción de las superficies naturales y se produce un cambio en los usos y coberturas del suelo. Hecho que afectará a los servicios ambientales que éstas entregan a la ciudad, pues producirán modificaciones sobre el clima urbano, causando  aumento de las temperaturas y aparición de islas de calor urbano, siendo afectado todo el conjunto de la población (Romero, 2009). Sin embargo, de manera especial, los más perjudicados serán los pobres porque no tienen servicios ambientales en los espacios donde se desarrolla su vida cotidiana, de igual manera, “la distribución del clima urbano, más especícamente la concentración de altas temperaturas, implica una mayor susceptibilidad ante enfermedades cardiovasculares y respiratorias, a la vez que también aumentan las enfermedades infecciosas y las asociadas a contaminación atmosférica en periodos cálidos” (Irarrázaval, 2012: 75).

 

La ecología política urbana, es el resultado de un proceso complejo que incluye factores sociales, políticos, económicos, ambientales y culturales, los cuales permiten comprender la dinámica que presenta una ciudad y su transformación en diferentes espacios urbanos desde el lado rural hacia uno moderno en donde los estilos de vida de las poblaciones evolucionan e impactan en las relaciones que mantienen los seres humanos dentro de un mismo territorio. El cual no puede ser entendido sin tener en cuenta a los actores sociales, pues son ellos quienes con su actuar lo modifican y lo dotan de sentido, de manera que se lo debe entender como a una  socionaturaleza, la cual es entendida desde diferentes discursos que actúan como beneficio para unos y como afectación para otros.

 

6.- Método y Técnicas de Investigación

            Método: Investigación Acción Participante

Para poder proceder con la aplicación del método de Investigación Acción Participante es necesaria la existencia de dos condicionantes. Es necesario que haya un origen de la demanda y que exista un cierto conocimiento de los protagonistas potenciales (Ander- Egg, 2003). Es decir un actor/res interesado/s en algún tema en particular y que este posea un cierto conocimiento de quienes pueden ser los actores potenciales para llevar  a cabo dicha investigación; pues del sitio a ser investigado el investigador necesita tener una previa visión general para poder adaptarse y no romper con ciertos código culturales o éticos que mantengan los habitantes de dicho lugar.

            En este método es importante que el sujeto no considere al actor como un objeto que va a ser investigado, sino que lo vea como un sujeto que posee una subjetividad y que ésta está llena de pensamientos, sentimientos, creencias que no las puede separar y las cuales intervendrán en el proceso de investigación, junto a la subjetividad del investigador, para lo cual es necesario que este último deje de lado su carga profesional y adopte una actitud de escucha y diálogo permanente, para que de este modo el actor fluya y permite que se realice la investigación.

Es importante tener en cuenta las demandas o necesidades expresadas por los actores.  Tales demandas pueden aparecer espontáneamente en un momento dado y servir de punto de enganche para que se lleve a cabo el proceso de Investigación Acción Participante, o pueden surgir tras una primera etapa de reflexión en la que las personas afectadas hacen un diagnóstico de su situación y definen, a partir de él, sus demandas e intereses (FAO: s/f). Este es el camino por el cual se pueden entender las reales necesidades de los actores; de otro modo habría una imposición por parte del investigador o de la institución y esto no generaría ningún beneficio.

            La investigación se enriquece cuando tiene aportes desde varias disciplinas como la sociología, antropología, historia, psicología, etc., lo cual nos provee de un análisis interdisciplinario del conocimiento de la realidad. Algunos autores entienden que esta es la forma de abordar la acción social, como un esfuerzo por conjugar los niveles micro y macro de la sociedad que estarían mutuamente implicados a fin de reforzar la convergencia de los sectores de la sociedad afectados por problemas semejantes (FAO: s/f).

            La investigación acción participante también se plantea como una vía por la cual los grupos sociales en situación de dependencia se pueden movilizar y emancipar. Esta es una característica central en el contexto de una sociedad marcada por la desigualdad y la dependencia de las clases populares (FAO: s/f). A través de este método los sectores más vulnerables pueden expresar sus acuerdos y desacuerdos, así como su apoyo o no a ciertas acciones que son llevadas a cabo por el Estado y la sociedad civil. Esto implica que los pobres tienen en cierta forma el acceso a la comunicación y a la participación.  

Técnicas de Investigación

Observación Participante: Es una técnica de observación utilizada en las ciencias sociales. El investigador comparte con el actor sus propias experiencias y vida cotidiana en general, es decir que pasa a ser uno más del grupo, a través de lo cual podrá acceder a la información de la realidad de primera mano.  

Entrevista abierta: Es una técnica que se caracteriza por permitir que sea el entrevistado quien conduzca la conversación, el entrevistador se limita a afirmar algunas de sus ideas o a preguntar por ciertos temas que aún no han sido topados.  

Entrevista semiestructurada o mixta: Es una técnica que se caracteriza por alterar preguntas semiestructuradas con preguntas libres o que surgen en ese momento de la investigación.

Historias de Vida: Es una técnica que permite reunir los acontecimientos más significativos de nuestras vidas, desde que nacemos hasta el momento en que nos sentamos a ordenar los pasos andados. Para realizar una historia de vida, se usa principalmente la memoria, pues nos permite reconstruir de dónde venimos, la formación paulatina de nuestra familia, el contexto social, cultural, político y económico que nos ha tocado vivir y todos aquellos hechos que nos han marcado (FAO: s/f).

 

7.- Historia

Es un barrio situado al noreste del Distrito Metropolitano de Quito, perteneciente a la parroquia urbana de San Isidro de El Inca, en el cantón Quito, Provincia de Pichincha, Ecuador. Esta parroquia fue fundada en 1964, según el párroco de la iglesia desde hace ya 40 años, José Cadena, cuenta que muchos años después en el lugar se fueron asentando más personas, pese a que el sector estaba aún rodeado de montes. No existían calles, y los caminos eran de tierra dura, hasta que se realizó la fundación de la parroquia y las cosas cambiaron (Últimas Noticias, 2011). A partir de ello, se ampliaron los caminos, los habitantes pudieron acceder con mayor facilidad a los servicios básicos como energía eléctrica, agua potable, alcantarillado, telefonía, recolección de basura y líneas de buses que facilitan a la población desplazarse alrededor de la ciudad de Quito, lo cual permite que se amplíe el comercio del lugar, pues actualmente existen micromercados o tiendas que abastecen a los habitantes.

El barrio San Isidro del Inca hoy en día está limitado por los barrios:  Amagasí de El Inca y Buenos Aires al norte, San José del  Inca al sur, Zámbiza y la Campiña al este y por el oeste se encuentra El Morlán y Las Farsalias. Según el Censo de Población y Vivienda del 2001, en la parroquia de El Inca existen 1387 personas, de las cuales 656 son hombres y 731 mujeres, pertenece a la Administración zonal Eugenio Espejo.

Las avenidas más importantes determinadas por la densidad del tráfico vehicular son la Av. Eloy Alfaro, Av. El Inca y el Corredor Oriental o Av. Simón Bolívar, dos cooperativas de transporte transitan el sector: La Cooperativa Reino de Quito, con sus líneas: Amagasí – El trébol; La Campiña/ Buenos Aires- El Trébol. Y por otro lado está la cooperativa Cocotog, con su línea: Llano Chico- Estación Río Coca.

Este barrio se caracteriza por tener gran cantidad de habitantes de origen indígena, además hay inmigrantes montubios de varias provincias de la costa; otro grupo presente son los migrantes indígenas sobre todo de la provincia de Imbabura y Cotopaxi, y también existe un grupo pequeño de afroamericanos, provenientes sobre todo de la provincia de Carchi y parte de Esmeraldas.

 

Formación histórica del Barrio San Isidro del Inca

Este barrio comenzó su fundación gracias al emperador Inca Atahualpa, según Marta Lincango, moradora de San Isidro de El Inca en la época incaica ese líder acudió -con sus seguidores- a tierras cercanas del barrio, atraído por el clima y la calidad del suelo, propicio para la agricultura. Cuentan que cuando llegaron los incas se enamoraron de la zona y decidieron quedarse.

El barrio San Isidro del Inca, así, como Buenos Aires, Zámbiza, y la Campiña pertenecían a una hacienda adquirida por Monseñor Pedro Luis Calero Jara, nacido el 10 de diciembre de 1876 en Guamote, Provincia de Chimborazo, quien en su adultez cedió como obsequio parte de las tierras y también vendió parcelas de terreno a familiares cercanos como es el caso  de sus hermanos, y sobrinos, a la Curia y a los indígenas que trabajaban en ella o a sus alrededores. Los hijos y nietos de estos últimos, relatan la historia de sus padres y abuelos, como una vida agrícola; asegura Lincango que los primeros residentes de esta zona, en su mayoría indígenas, se dedicaban a la crianza de animales como aves, cerdos, cuyes, conejos, cultivos de tubérculos y hortalizas, como cebollas, papas y flores como el clavel.  

Estos productos se comercializaban en casetas ubicadas en el sector de la calle 24 de mayo del centro de la ciudad. O también estaban destinados hacia el intercambio que se lo realizaba en Tumbaco, Cotocollao, Nayón, Nono, Pacto, Nanegalito. Este proceso también formaba parte de un intercambio cultural que ayudó en el fortalecimiento de  leyendas, mitos y tradiciones, las cuales forman parte de una riqueza oral, las mismas que han sido pasadas de generación en generación por parte de los primeros pobladores del sector que incluso podrían remontarse a la época del incaica y preincaica.

El crecimiento de un Quito Republicano junto a un auge industrial, provocaron que las múltiples haciendas que rodeaban a la ciudad, se vayan convirtiendo en asentamientos industriales. Es este sector se situaron fabricas textiles, las mismas que ofrecieron una oferta laboral considerable, haciendo que se incremente la migración interna hacia las zonas aledañas a las fábricas. De esta manera empieza una nueva etapa en San Isidro del Inca, además de las familias que ya se encontraban habitando el lugar, también se suman decenas de personas que buscaban un mejor porvenir económico.

 

Descripción de las fiestas más importantes celebradas en San Isidro del Inca

En este barrio existe amistad, compadrazgos, pues según Lincango, los vecinos se tratan como verdaderos amigos y eso no se compara con nada; situación que favorece que favorece al clima del barrio y también en su unión, pues sin ello no sería posible festejar año a año la parroquialización de la zona que se celebra los días 23 y 25 de septiembre en honor a la Virgen de las Mercedes patrona del lugar. Esta fiesta se caracteriza por ir acompañada de la Yumbada, teniendo la siguiente estructura:

La víspera a la celebración, se inicia con las llamadas chamizas[5], para esto, la directiva del barrio, se reúne e identifica a un miembro de la comunidad que tenga árboles de eucalipto en sus tierras, se forma una comisión que gestiona a través de una carta de petición el permiso para que esta misma comisión en forma de minga, puedan cortar alrededor de 20 o 30 cargas de ramas. Todo esto en un ambiente de regocijo y unidad durante todo un día, estas ramas cortadas quedarán en el lugar durante 15 días aproximadamente, esperando que se sequen apropiadamente para poder ser usadas, al cabo de este tiempo, la comisión se reúne nuevamente en el terreno donde fueron cortadas las ramas y las juntan en huangos o atados, los mismos que serán recogidos un día antes de la fiesta, que se conoce como el día de víspera. En acuerdo  con las bandas y los disfrazados (payasos, monos, capariches, molecanas y varias bandas de pueblo), se señala un punto de encuentro y sede en donde estos dos grupos bailan con algarabía e incentivan a la comunidad entera, hasta llegar a los predios de la iglesia, donde se apilan los huangos de eucalipto.

Aproximadamente a las 18:00 horas se procede a realizar La Salve  que es la misa de conmemoración, posteriormente a las 21:00 horas, se encienden las chamizas y los disfrazados bailan al son de las bandas de pueblo, saltan sobre las ramas encendidas hasta que se ilumina el lugar con la pirotécnicas torres, voladores y vacas locas. Al terminar el festejo de música y color, las personas regresan a sus casas, con expectativa del día siguiente, ya que en la madrugada del día 24 de septiembre el cabecilla de los yumbos, con gritos característicos, se dirige a pie, a la casa de cada uno de los que representarán la yumbada, los llama escandalosamente, haciéndose notoria su presencia en el barrio. Cuando el grupo de yumbos esta completo es ya la mañana de dicho día, estos personajes han bebido alcohol y han comido. Se reúnen en casa del cabecilla, entre tanto los otros disfrazados van a la parte central, es decir alrededor de la iglesia y regalan dulces a los niños en un tiempo de danza y gozo entre ellos, los yumbos  se dirigen a la iglesia, donde el Padre oficiará una ceremonia a las 10:30 de la mañana, dando inicio oficialmente a los festejos en honor a la Virgen de las Mercedes.

Según quienes sean los priostes, la imagen será trasladad a esa casa, lugar en donde existe un ambiente de honra, el cual ha sido previamente decorado y dispuesto para que la imagen se vea entre muestras de devoción y ofrenda. La familia e invitados principales de los priostes rezan y hacen sus peticiones hasta que sean las 13:00 horas, al cumplirse ese tiempo, fuera de la casa ya se habrá congregado el resto de la comparsa. Una vez iniciada la procesión, ésta será encabezada por los priostes, seguidos de los familiares e invitados principales con sus familiares. Posteriormente se ubican los capariches, payasos, monos, molecanas y yumbos, alternados con las bandas propias del sector y aquellas que se han inscrito en la participación, incitando al baile e invitando a seguir la caravana, que determinará su trayecto. El cual se basará en el lugar donde viven los priostes y el número de participantes que la integran (mientras más sean los participantes, más calles se transitarán), el lugar de destino es siempre la iglesia; cumplido el recorrido, las mesas de jurado y dignidades en general, realizan la premiación con trofeos a los participantes en general, es entonces que se da paso al despliegue de la tradicional yumbada. Aunque no se relaciona directamente con la procesión de la virgen, es por herencia un festejo indígena, tal vez el de mayor importancia entre aquellos que habitaron originalmente este espacio geográfico del Quito preincaico que continua manteniéndose en medio de festejos coloniales.

Minutos antes  de iniciar la yumbada, se realiza la asignación de roles, el sorteo para designar quien se vestirá  y hará el rol de yumbo para el presente año. Entre el sonido de instrumentos andinos, se oye, el grito de un yumbo que dice: alguien ha visto a una mujer que es… (Tienden a describir a una mujer que se caracteriza por ser de mala reputación, de vida libertina y promiscua con adjetivos en el idioma Kichwa) y empiezan a buscar a la yumba. La adrenalina comienza a subir cuando ella huye y se esconde de las enardecidas lanzas que la buscan, esta mujer se caracteriza por ser ágil y veloz para intentar huir de esta tensa cacería; cuando ella ha sido herida, la llevan a las gradas de la iglesia y un acto de ruego por su perdón muere. Este hecho provoca un giro inesperado, ya que la furia se vuelca hacia el asesino aprendiéndolo, en ese momento, él debe iniciar un ritual para revivir a la yumba; durante el proceso, se golpea al supuesto cuerpo muerto, se le lanza objetos, se simula incluso un abuso de los monos, burlada e insultada, recostada en la tierra con su cara cubierta será procederá a ser usada como un objeto de rituales, danzas y cantos, finalmente haciendo uso del alcohol y soplándolo junto con plantas de la tierra logra revivir.

Al finalizar el ritual, el público que ha asistido comparten las ofrendas que los Priostes han dispuesto, estos son: la chicha de jora y la comida típica que constituye la gastronomía andina, papas, shungos, carne, choclo y granos en general que al terminarse darán  paso al festejo parroquial con las Bandas de Pueblo hasta que caiga la noche y el cansancio los venza.

El festejo ha tenido tal magnitud, que en ocasiones, gracias a la gestión de los Priostes y a la dirigencia del Barrio, se ha podido invitar a la Mama Negra de la Latacunga, a los Patronos de Zambiza, Calderón, Llano Chico, Cocotog, Nayón y Cotocollao; así como a los barrios de San José de El Inca, San Miguel, Amagasí de El Inca, La Campiña, etc. Cuentan con la participación de las Bandas de Pueblo de cada uno de los primeros lugares mencionados. Estos sectores permanecían aledaños a San Isidro de El Inca, especialmente antes del proceso de crecimiento demográfico y urbano de los años 60 y 70, por lo tanto realizan festejos similares, pues existen procesos histórico-sociales, tales como el comercio, la industria y la migración interna en general que los hace mantener en una relación de cercanía.

Otra fiesta importante es la Novena en honor al Niño Jesús. Este festejo hace alusión a la época navideña; como toda novena se basa en los nueve días anteriores al nacimiento de Jesucristo, relatados en las Sagradas Escrituras que según la participación de los distintos Barrios de la Parroquia Eclesiástica podría tomar incluso hasta 12 días antes de la Noche Buena. Tradicionalmente la estructura ha sido la siguiente:

Se acoge a la venerada imagen, en la casa de los Priostes, que han solicitado serlo en el año en curso, ellos serán quienes reciban al Niño Jesús, organicen y gestionen el programa. Por su parte el Párroco realiza una pequeña celebración religiosa y entonces se hace un festejo en conjunto con la Banda de Pueblo, o bien una procesión en el Barrio anfitrión, según la organización y posibilidades de los anfitriones. Siempre habrán niños y adultos disfrazados que simulen el peregrinar de José y María rumbo a Belén, los reyes magos e incluso hacen uso de animales reales y junto a ellos los tradicionales capariches, payasos, molecanas y otros disfraces destinados a la atracción de los niños. El propósito de cualquiera de estas muestras es la recolección de fondos y ofrendas para las obras de interés comunal, administradas por la Iglesia con la figura del Sacerdote y/o comisión que este designe. El orden de participación de los barrios o calles del sector, es la siguiente:

Día 1. Calle Los Ángeles, donde amanecerá el niño.

Día 2. Calle Farsalia

Día 3. Barrio Central (Iglesia Antigua)

Día 4. Barrio Buenos Aires

Día 5. Calle Mantocucho

Día 6. La Estación Antigua

Día 7. Calle Los Guabos

Día 8. Calle Las Dalias

Día 9. Calle Las Toronjas

Día 10. Siempre el último día será en la calle Madreselvas, hasta las 22:00 horas, es decir hasta el 24 de diciembre a media noche, en donde se realiza la tradicional Misa del Gallo. En caso que hubiera la invitación de otro Prioste, este realizará otro festejo después de la Misa.

En cuanto al día del Santo San Isidro Labrador, se realiza una misa en su nombre.

 

 

 

 

 

 

Mapa del sector

 


 

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[1] Especialmente gracias a la llegada del ferrocarril
[2] Es la relación con la ocupación de los diversos espacios de la ciudad, en forma exclusiva, por habitantes que pertenecen a un mismo grupo socioeconómico y que ejercen una exclusión permanente respecto a otros grupos que se ubican en sus vecindades (Romero, 2009), es decir que se caracteriza por ser discriminatoria.
[3] También puede ocurrir que sean orientadas hacia personas de diferente raza o género.
[4] Se refiere a la localización de manera desproporcionada de los efectos ambientales adversos sobre los lugares donde residen los sectores sociales más vulnerables (Romero, 2009).
[5] Hierba silvestre y medicinal de la familia de las gramíneas, que nace en tierras frescas y aguanosas. Sirve para techumbre de chozas y casas rústicas.