FACULTAD LATINOAMERICA DE CIENCIAS SOCIALES TALLER DE
TESIS I MAYRA ESCOBAR ESTUDIOS SOCIOAMBIENTALES (2012 - 2014)
1.-
Título
Tradición y Modernidad en el noreste de Quito: “El
caso de la expansión urbanística del barrio San Isidro del Inca”
2.-
Antecedentes
El surgimiento de problemáticas relacionadas en torno a tradición
y modernidad en diferentes barrios de Quito no es un hecho reciente. Existen estudios
de gran importancia y riqueza histórica que han permitido vislumbrar este
proceso; tal es el caso del libro escrito por Eduardo Kingman (2008) titulado “La ciudad y los otros, Quito 1860 -1940.
Higienismo, ornato y policía” que brinda una idea amplia de los cambios que
ha tenido la urbe, en donde ha dejado de ser una “ciudad señorial” para tornarse en una “ciudad de la
primera modernidad”. Dicho cambio no se ha desarrollado de modo homogéneo, ni
ha llegado a todos los sectores sociales; por lo cual esta transición ha sido
catalogada como excluyente.
Dado dicho acontecimiento, en la ciudad de Quito
prontamente se manifestó una mixtura. Por un lado, estaba la modernidad rodeada
de mejoras en los medios de transporte,
que dio paso a una evolución económica de la ciudad; hecho que incidió en la ampliación
de zonas urbanas y de nuevas formas de estructuración social. Produciendo un
cambio en la ciudad señorial, así como la diferenciación de los oficios y su
localización en el espacio urbano (Kingman, 2008). No obstante, por el otro
lado, se seguía manteniendo una lógica de ruralidad manifestada en aspectos
económicos, sociales, culturales y morales.
La ciudad de Quito se encuentra atravesada por profundas
fronteras sociales y étnicas. En ésta se desarrollan espacios de poder y
prestigio; al igual que la acumulación del capital económico, social, cultural
(Bourdieau, 2002) y religioso. Haciendo de esta ciudad andina un espacio
destinado a la distinción, diferenciación social y étnica (Kingman, 2008).
Situación que acentúa el racismo, manifestado especialmente en el rechazo hacia
lo indígena, puesto que es concebido como un símbolo del ámbito rural, de la
barbarie, del atraso y por lo tanto se encuentra en oposición al mundo moderno
de la ciudad.
El rechazo hacia lo rural, no sólo se manifestaba en el
desprecio al indígena, sino también a los espacios en donde se desarrollaba la
vida cotidiana. Por tal razón, (como menciona Horacio Capel en el prólogo del
libro “La ciudad y los otros Quito
1860-1940, Higienismo, ornato y policía” escrito por Eduardo Kingman) a
partir de 1908 empezó un proceso de proliferación de barrios de viviendas
populares en el Ecuador que estaban destinadas a obreros o trabajadores.
Prontamente, dado el desarrollo industrial, hubo un incremento de la clase
media y una modificación en los patrones de consumo, en los gustos y en las
costumbres; situación que generó la creación de barrios destinados a dicha
clase social en la ciudad de Quito.
Un gran número de parroquias urbanas de Quito, a inicios
del siglo XX, todavía tenían grandes predios rústicos, con lo cual no se trata
solamente de un proceso de anexión de los grandes territorios periurbanos dentro
del proceso de expansión urbana, sino de la atracción que el mercado urbano de
actividades representaba para los pobladores de esos nuevos suburbios, así lo
menciona Joan Pujadas en el prefacio del libro “La ciudad y los otros Quito 1860-1940, Higienismo, ornato y policía” escrito
por Eduardo Kingman. Por tal razón a
medida que la ciudad avanza, los procesos de territorialización también lo
hacen, y esto produce una mayor división y un crecimiento de la ciudad en la
que cada vez más se necesita del desarrollo de la tecnología y con ella de los
medios de información, entendido desde un punto globalizador, el mismo que busca
la apropiación de espacios destinados al consumo, y a la reproducción del
modelo capitalista.
El
barrio “San Isidro del Inca” se encuentra sumido dentro de la lógica de
expansión urbanística, que permite reflejar una relación de tradición y
modernidad. Es decir, que existen elementos de ruralidad plasmados en los
domicilios y en las personas que los habitan que se caracterizan generalmente
por pertenecer a una clase (media baja y baja), pero al mismo tiempo existen otros
conjuntos habitacionales que se los podría describir como amplios, modernos, o
cómodos, principalmente se encuentran habitados por individuos pertenecientes a
otra clase social (media, media alta y alta), la seguridad es un factor
primordial; por ello utilizan avanzados sistemas electrónicos de protección y
cerramiento, lo cual les provee de cierta tranquilidad, distinción y
enclasamiento; al tiempo que crea desigualdad y diferenciación entre los
actores que habitan un mismo territorio.
Esta diferenciación existente dentro del territorio que
es compartido por individuos de diferentes clases sociales se manifiesta en la
estética, en el “ornato” como lo llama Kingman, es decir, lo bello es sinónimo
de bueno, de sano, más espacios verdes proveen a los habitantes de dicho sector
sentirse más cerca de la naturaleza. Mientras que los otros habitantes o los “antiguos”
no gozan de estos “privilegios”, de poder habitar su residencia, al tiempo que también se
sienten en el campo.
Dentro de esta misma lógica, existe un proceso de mercantilización
de la tierra que tiene estrecha relación con la dinámica de crecimiento urbanístico
en el barrio “San Isidro del Inca”, lo cual se relaciona con la transformación
que está viviendo la ciudad de Quito. Esta expansión del territorio es uno de
los orígenes de los llamados impactos ambientales que no sólo producen repercusiones
socioambientales, sino también políticas, culturales y económicas que se
reflejan en el accionar de los actores sociales dentro de la ciudad.
3.- Justificación
La
presente investigación surge como una inquietud dada la dinámica de modernidad
y ruralidad que se presenta en el Barrio “San Isidro del Inca” de la ciudad de
Quito. En los últimos años en dicho
lugar se ha generado un proceso de expansión urbanística, con implicaciones
socioambientales. Como resultado de ello se ha obtenido una transformación
social, cultural y económica para los antiguos habitantes del sector que
originalmente eran un asentamiento indígena.
La
ciudad de Quito al ser una urbe andina mantiene prácticas indigenistas, esta
característica nos marca y está presente en todas nuestras acciones y
comportamientos sociales dados en la vida cotidiana; este hecho no sólo se presenta
en las relaciones sociales, sino también en la manera en cómo se usa el
espacio. Para la presente investigación este hecho se manifiesta en el caso de
las nuevas construcciones modernas versus las antiguas que son consideradas
como las arcaicas o rurales; en cada una de ellas habitan miembros de distintas
clases sociales que tienen sus propios significados, valores, situaciones y
realidades. Esto crea la posibilidad de que se originen distintos conflictos
sociales y formas por tratar de apropiarse o delimitar un territorio, el mismo
que sufre transformaciones de todo tipo manifestado en los usos, los costos y
la calidad.
Esta investigación ha sido realizada
dada la expansión del fenómeno urbanístico que presenta la ciudad de Quito en
los últimos años y las implicaciones o consecuencias socioambientales que este
factor ocasiona a nivel social, político, económico, cultural y ambiental; que
para su entendimiento serán abordados desde la corriente teórica de la ecología
política, la cual permite tener una
mirada más compleja y clara de la realidad.
El
aporte que brinda el presente estudio se enmarca en señalar que factores son
los conllevan a que exista o no conflicto entre los antiguos y nuevos
habitantes del barrio “San Isidro del Inca”. La evolución que presenta hoy en
día dicho sector está enmarcada dentro un proceso globalizador, el mismo que
trata de aniquilar lo rural para imponer lo moderno y aniquilar a la
diferencia, de modo que haya un libre paso hacia la homogenización. Esta investigación
es una pequeña apertura en el campo del estudio socioambiental, para así
dirigirse hacia nuevos e inexplorados ámbitos de estudio en torno al proceso de
cambio y a la relación que mantiene la ciudad con el medio ambiente.
4.- Objetivos
Objetivo principal
Establecer si
existen relaciones de conflicto en el barrio “San Isidro del Inca” entre los
antiguos habitantes del sector versus los nuevos habitantes para poder ver su influencia
en los problemas socioambientales.
Objetivos
Específicos
-
Determinar la relación de poder de
representaciones sobre el territorio que tienen los nuevos habitantes junto a
los antiguos habitantes.
-
Explicar el impacto social, económico,
cultural y ambiental que los nuevos conjuntos habitacionales han producido en
el barrio “San Isidro del Inca”.
5.- Marco teórico
La
ecología política urbana es una disciplina en emergencia que provee de un
enfoque multidisciplinario para el análisis del cambio
socioambiental que se presenta en los asentamientos urbanos. Para conseguir
“ciudades sostenibles” es necesario dos condicionantes, el primero se relaciona
con los aspectos políticos, sociales, económicos, culturales y ambientales que
producen los paisajes urbanos. Y, el segundo tiene que ver con la estructura y
organización de las relaciones de poder, sus discursos y su expresión social e
institucional en dichos entornos (Gómez 2006) que viene a ser la ciudad como
tal, entendida desde uno de los principales espacios que entra dentro del juego
de la disputa.
Para lograr una sostenibilidad
urbana, algunos son los factores que deben ser tomados en cuenta. Un medio ambiente urbano saludable, no
puede ser entendido desde un punto estrictamente económico; es importante tener
presente que el ser humano está inmerso dentro de un complejo campo, en el cual
sus relaciones sociales se conjugan con el ámbito político, cultural,
ambiental, etc., que son expresados en los procesos
de urbanización.
La ecología política urbana brinda
una visión multidisciplinaria e integradora de los acontecimientos llevados a
cabo en las ciudades. Otras disciplinas pertenecientes a las ciencias sociales no
han podido explicar de manera clara los factores que conllevan a un proceso de cambio socioambiental. “La
ecología política representa una alternativa a la ecología clásica o
«apolítica», y tiende a incorporar explícitamente la influencia significativa
de las fuerzas políticas, sociales y económicas en el estudio del cambio
socioambiental” (Gómez, 2006:170). La idea recién expuesta se complementa al afirmar
que:
El mundo se encuentra en un
estado de metabolismo perpetuo en el que los procesos naturales y sociales se
combinan en contextos históricos y geográficos específicos, dando como
resultado “socionaturalezas producidas”
o “naturalezas históricas” compuestas por elementos
biofísicos, económicos, políticos, sociales y culturales (Swyngedouw, 1999:
447citado en Gómez, 2006: 171).
La
mercantilización e instrumentalización de diversos elementos y procesos
naturales ha creado perfectas plataformas para la acumulación de riquezas. Esto
ha sido posible en la medida que existen las condiciones políticas, sociales y
económicas que permiten que la naturaleza sea vista como “un instrumento de
consumo” en el espacio urbano de una ciudad capitalista (Irarrázaval,
2012).
La
urbanización crea relaciones cada vez más complejas entre la naturaleza y las
ciudades que no deberían verse de manera opuesta a la ecología o el medio
ambiente. La ecología política urbana no se centra en afirmar que sí existe una
degradación de la naturaleza en el proceso de expansión de la ciudad, sino que
también “trabaja aceptando la riqueza biológica y la diversidad ecológica de
los ambientes urbanos” (Gómez, 2006: 172).
La
ecología política urbana considera la urbanización
como un proceso que está en el origen de muchos de los impactos ambientales y, al mismo tiempo, los contextos urbanos son entendidos como los espacios donde los problemas
socioambientales se experimentan más profundamente (Gómez, 2006:172). En otras palabras, “[i]t is on the terrain of
the urban that [the] accelerating
metabolic transformation of nature becomes most visible, both in its
physical form and its socioecological
consequences” (Heynen et.al, 2006:41).
En
apoyo a esta tesis Irrarázabal menciona que:
El medio ambiente
urbano constituye una transformación de la naturaleza, que representa
extensos procesos sociales, políticos y
económicos que se articulan material e inmaterialmente en la ciudad, así como
en su dinamismo metabólico, propio de un
espacio humanamente producido. Las desigualdades socioambientales,
materializadas en las distintas morfologías que componen la ciudad, evidencian
estos procesos, así como los modelos adoptados, vividos, o bien impuestos en ella
(Irarrázabal, 2012:75).
El
enfoque que tiene la ecología política urbana se caracteriza por ser crítico y
por tener en cuenta los aspectos socioeconómicos del consumo combinados con los
aspectos sociopolíticos, culturales y ambientales. Ellos intervienen en el análisis
de los paisajes y los espacios de consumo que se crean durante el proceso de
urbanización (Gómez, 2006). El cambio que se muestra en la ciudad radica en la
producción de nuevos paisajes urbanos, los cuales producen segregación social, es decir diferenciación y desigualdad dado
los lugares donde se ubican y los diseños de las edificaciones a construirse,
las mismas que cuentan con un “imaginario verde” que
es empleado por las inmobiliarias como un plus en el cual los nuevos
compradores podrán sentirse más cerca de la naturaleza. Según Irarrázabal (2012) estas condiciones han
determinado que en las ciudades se desarrolle una desigual distribución de las
condiciones ambientales, dado que cuando la gestión urbana queda en manos del
sector privado, sólo las élites o clases sociales con mejores condiciones culturales y económicas pueden acceder a áreas verdes y al arbolado urbano, incrementando
cada vez más la desigualad y marginación.
Por ejemplo, el habitar zonas con
mayor presencia de áreas verdes implica una serie de beneficios para la población
como la regulación de los riesgos hidrometeorológicos y de remoción en
masa, la captación de material
particulado y la depuración de la columna de aire, la concentración de
biodiversidad (especialmente avifauna), así como también todas las ventajas
paisajísticas, espirituales y culturales que implica (Irarrázabal, 2012 :75).
Las
clases sociales que acuden a vivir en estos nuevos sectores urbanizados son
considerados como nuevos habitantes y a los antiguos moradores como viejos y
son ellos quienes conocen la historia y transformación que ha tenido especifico
sector en la ciudad. Dentro de este contexto existe desigualdad que en el plano
de la ecología política urbana responde a una injusticia ambiental,
los sectores destinados a personas de estratos económicos altos son los que
producen mayor contaminación atmosférica y mayores temperaturas, esto dado al tipo
de construcción, al uso de vehículos privados, pues no tienen un sólo vehículo,
al menos son dos, esto depende de los miembros de la familia. La contaminación por parte del parque
automotriz en la ciudad de Quito constituye la principal fuente de polución y
emanación del dióxido de carbono hacia el medio ambiente. Por su parte, los
sectores pobres que viven en el mismo sector utilizan el transporte de uso
masivo, como los buses, trolebús, metro, ecovía, lo cual indica que ellos no se
benefician ambientalmente con la presencia de estas nuevas edificaciones.
Para
clarificar este hecho, podemos recurrir a las cifras del (Plan Maestro de
Movilidad del DQM 2009-2015), en las cuales según el gráfico 1 se observa cómo
los automóviles se han incrementado: en 1999 había alrededor de más de 200.000
vehículos, en el año 2012 esta cifra se ha triplicado y la cifra ha ascendido
alrededor de 600.000 automóviles, lo cual es claramente palpable con el tráfico
existente en la ciudad de Quito.
Gráfico
1
FUENTE: Plan Maestro de Movilidad del
DMQ 2009-2015
El
gráfico indica el incremento del parque automotriz y con esta situación es muy
complicado que exista una reducción de la contaminación atmosférica. Según
Romero (2009) esta diferenciación responde a las desiguales socioeconómicas de sus residentes, manifestadas en las densidades de
ocupación de los suelos urbanos, presencia de áreas verdes, materiales y
diseños de las construcciones. Estas asunciones se englobarían en el
contexto de la ecología política de inspiración marxista, que asocia las
injusticias del desarrollo urbano desigual con los procesos propios del
capitalismo (Gómez, 2006).
El
desmejoramiento de
las condiciones ambientales en las
ciudades como consecuencia de la privatización de los espacios urbanos, ha
hecho que haya una disminución en la calidad de los climas y en la vegetación
de las ciudades. Éstas al encontrarse inmersas
dentro de un marcado proceso de expansión urbana, se ven afectadas por la
reducción de las superficies naturales y se produce un cambio en los usos y
coberturas del suelo. Hecho que afectará a los servicios ambientales que éstas
entregan a la ciudad, pues producirán modificaciones sobre el clima urbano,
causando aumento de las temperaturas y
aparición de islas de calor urbano, siendo afectado todo el conjunto de la población
(Romero, 2009). Sin embargo, de manera especial, los más perjudicados serán los
pobres porque no tienen servicios ambientales en los espacios donde se
desarrolla su vida cotidiana, de igual manera, “la distribución del
clima urbano, más específicamente la concentración de altas
temperaturas, implica una mayor susceptibilidad ante enfermedades
cardiovasculares y respiratorias, a la vez que también aumentan las
enfermedades infecciosas y las asociadas a contaminación atmosférica en
periodos cálidos” (Irarrázaval, 2012: 75).
La
ecología política urbana, es el resultado de un proceso complejo que incluye
factores sociales, políticos, económicos, ambientales y culturales, los cuales
permiten comprender la dinámica que presenta una ciudad y su transformación en
diferentes espacios urbanos desde el lado rural hacia uno moderno en donde los
estilos de vida de las poblaciones evolucionan e impactan en las relaciones que
mantienen los seres humanos dentro de un mismo territorio. El cual no puede ser
entendido sin tener en cuenta a los actores sociales, pues son ellos quienes
con su actuar lo modifican y lo dotan de sentido, de manera que se lo debe
entender como a una socionaturaleza, la
cual es entendida desde diferentes discursos que actúan como beneficio para
unos y como afectación para otros.
6.-
Método y Técnicas de Investigación
Método: Investigación Acción
Participante
Para
poder proceder con la aplicación del método de Investigación Acción
Participante es necesaria la existencia de dos condicionantes. Es necesario que
haya un origen de la demanda y que exista un cierto conocimiento de los
protagonistas potenciales (Ander- Egg, 2003). Es decir un actor/res interesado/s
en algún tema en particular y que este posea un cierto conocimiento de quienes
pueden ser los actores potenciales para llevar
a cabo dicha investigación; pues del sitio a ser investigado el
investigador necesita tener una previa visión general para poder adaptarse y no
romper con ciertos código culturales o éticos que mantengan los habitantes de
dicho lugar.
En este método es importante que el
sujeto no considere al actor como un objeto que va a ser investigado, sino que
lo vea como un sujeto que posee una subjetividad y que ésta está llena de
pensamientos, sentimientos, creencias que no las puede separar y las cuales intervendrán
en el proceso de investigación, junto a la subjetividad del investigador, para
lo cual es necesario que este último deje de lado su carga profesional y adopte una actitud de escucha y
diálogo permanente, para que de este modo el actor fluya y permite que se realice
la investigación.
Es importante tener en cuenta las demandas o necesidades
expresadas por los actores. Tales
demandas pueden aparecer espontáneamente en un momento dado y servir de punto
de enganche para que se lleve a cabo el proceso de Investigación Acción Participante,
o pueden surgir tras una primera etapa de reflexión en la que las personas
afectadas hacen un diagnóstico de su situación y definen, a partir de él, sus
demandas e intereses (FAO: s/f). Este es el camino por el cual se pueden
entender las reales necesidades de los actores; de otro modo habría una imposición
por parte del investigador o de la institución y esto no generaría ningún beneficio.
La investigación se enriquece cuando
tiene aportes desde varias disciplinas como la sociología, antropología,
historia, psicología, etc., lo cual nos provee de un análisis
interdisciplinario del conocimiento de la realidad. Algunos autores entienden que
esta es la forma de abordar la acción social, como un esfuerzo por conjugar los
niveles micro y macro de la sociedad que estarían mutuamente implicados a fin
de reforzar la convergencia de los sectores de la sociedad afectados por
problemas semejantes (FAO: s/f).
La investigación acción participante
también se plantea como una vía por la cual los grupos sociales en situación de
dependencia se pueden movilizar y emancipar. Esta es una característica central
en el contexto de una sociedad marcada por la desigualdad y la dependencia de
las clases populares (FAO: s/f). A través de este método los sectores más
vulnerables pueden expresar sus acuerdos y desacuerdos, así como su apoyo o no
a ciertas acciones que son llevadas a cabo por el Estado y la sociedad civil. Esto
implica que los pobres tienen en cierta forma el acceso a la comunicación y a
la participación.
Técnicas de Investigación
Observación Participante: Es
una técnica de observación
utilizada en las ciencias sociales. El investigador comparte con
el actor sus propias experiencias y vida cotidiana en general, es decir que
pasa a ser uno más del grupo, a través de lo cual podrá acceder a la información
de la realidad de primera mano.
Entrevista abierta: Es una técnica que se caracteriza por permitir que sea el
entrevistado quien conduzca la conversación, el entrevistador se limita a
afirmar algunas de sus ideas o a preguntar por ciertos temas que aún no han
sido topados.
Entrevista semiestructurada o mixta: Es una técnica que se caracteriza por alterar preguntas
semiestructuradas con preguntas libres o que surgen en ese momento de la investigación.
Historias de Vida: Es una técnica que
permite reunir los acontecimientos más significativos de nuestras vidas,
desde que nacemos hasta el momento en que nos sentamos a ordenar los pasos andados.
Para realizar una historia de vida, se usa principalmente la memoria, pues nos
permite reconstruir de dónde venimos, la formación paulatina de nuestra
familia, el contexto social, cultural, político y económico que nos ha tocado
vivir y todos aquellos hechos que nos han marcado (FAO: s/f).
7.-
Historia
Es
un barrio situado al noreste del Distrito Metropolitano de Quito, perteneciente
a la parroquia urbana de San Isidro de El Inca, en el cantón Quito, Provincia
de Pichincha, Ecuador. Esta parroquia fue fundada en 1964, según el párroco de
la iglesia desde hace ya 40 años, José Cadena, cuenta que muchos años después
en el lugar se fueron asentando más personas, pese a que el sector estaba aún
rodeado de montes. No existían calles, y los caminos eran de tierra dura, hasta
que se realizó la fundación de la parroquia y las cosas cambiaron (Últimas
Noticias, 2011). A partir de ello, se ampliaron los caminos, los habitantes
pudieron acceder con mayor facilidad a los servicios básicos como energía
eléctrica, agua potable, alcantarillado, telefonía, recolección de basura y
líneas de buses que facilitan a la población desplazarse alrededor de la ciudad
de Quito, lo cual permite que se amplíe el comercio del lugar, pues actualmente
existen micromercados o tiendas que abastecen a los habitantes.
El
barrio San Isidro del Inca hoy en día está limitado por los barrios: Amagasí de El Inca y Buenos Aires al norte,
San José del Inca al sur, Zámbiza y la
Campiña al este y por el oeste se encuentra El Morlán y Las Farsalias. Según el
Censo de Población y Vivienda del 2001, en la parroquia de El Inca existen 1387
personas, de las cuales 656 son hombres y 731 mujeres, pertenece a la
Administración zonal Eugenio Espejo.
Las
avenidas más importantes determinadas por la densidad del tráfico vehicular son
la Av. Eloy Alfaro, Av. El Inca y el Corredor Oriental o Av. Simón Bolívar, dos
cooperativas de transporte transitan el sector: La Cooperativa Reino de Quito,
con sus líneas: Amagasí – El trébol; La Campiña/ Buenos Aires- El Trébol. Y por
otro lado está la cooperativa Cocotog, con su línea: Llano Chico- Estación Río
Coca.
Este
barrio se caracteriza por tener gran cantidad de habitantes de origen indígena,
además hay inmigrantes montubios de varias provincias de la costa; otro grupo
presente son los migrantes indígenas sobre todo de la provincia de Imbabura y
Cotopaxi, y también existe un grupo pequeño de afroamericanos, provenientes
sobre todo de la provincia de Carchi y parte de Esmeraldas.
Formación
histórica del Barrio San Isidro del Inca
Este
barrio comenzó su fundación gracias al emperador Inca Atahualpa, según Marta
Lincango, moradora de San Isidro de El Inca en la época incaica ese líder
acudió -con sus seguidores- a tierras cercanas del barrio, atraído por el clima
y la calidad del suelo, propicio para la agricultura. Cuentan que cuando
llegaron los incas se enamoraron de la zona y decidieron quedarse.
El
barrio San Isidro del Inca, así, como Buenos Aires, Zámbiza, y la Campiña pertenecían
a una hacienda adquirida por Monseñor Pedro Luis Calero Jara, nacido el 10 de
diciembre de 1876 en Guamote, Provincia de Chimborazo, quien en su adultez
cedió como obsequio parte de las tierras y también vendió parcelas de terreno a
familiares cercanos como es el caso de
sus hermanos, y sobrinos, a la Curia y a los indígenas que trabajaban en ella o
a sus alrededores. Los hijos y nietos de estos últimos, relatan la historia de
sus padres y abuelos, como una vida agrícola; asegura Lincango que los primeros
residentes de esta zona, en su mayoría indígenas, se dedicaban a la crianza de
animales como aves, cerdos, cuyes, conejos, cultivos de tubérculos y hortalizas,
como cebollas, papas y flores como el clavel.
Estos
productos se comercializaban en casetas ubicadas en el sector de la calle 24 de
mayo del centro de la ciudad. O también estaban destinados hacia el intercambio
que se lo realizaba en Tumbaco, Cotocollao, Nayón, Nono, Pacto, Nanegalito.
Este proceso también formaba parte de un intercambio cultural que ayudó en el
fortalecimiento de leyendas, mitos y
tradiciones, las cuales forman parte de una riqueza oral, las mismas que han
sido pasadas de generación en generación por parte de los primeros pobladores
del sector que incluso podrían remontarse a la época del incaica y preincaica.
El
crecimiento de un Quito Republicano junto a un auge industrial, provocaron que
las múltiples haciendas que rodeaban a la ciudad, se vayan convirtiendo en
asentamientos industriales. Es este sector se situaron fabricas textiles, las
mismas que ofrecieron una oferta laboral considerable, haciendo que se
incremente la migración interna hacia las zonas aledañas a las fábricas. De
esta manera empieza una nueva etapa en San Isidro del Inca, además de las
familias que ya se encontraban habitando el lugar, también se suman decenas de
personas que buscaban un mejor porvenir económico.
Descripción
de las fiestas más importantes celebradas en San Isidro del Inca
En
este barrio existe amistad, compadrazgos, pues según Lincango, los vecinos se
tratan como verdaderos amigos y eso no se compara con nada; situación que
favorece que favorece al clima del barrio y también en su unión, pues sin ello
no sería posible festejar año a año la parroquialización de la zona que se
celebra los días 23 y 25 de septiembre en honor a la Virgen de las Mercedes patrona
del lugar. Esta fiesta se caracteriza por ir acompañada de la Yumbada, teniendo
la siguiente estructura:
La
víspera a la celebración, se inicia con las llamadas chamizas,
para esto, la directiva del barrio, se reúne e identifica a un miembro de la
comunidad que tenga árboles de eucalipto en sus tierras, se forma una comisión
que gestiona a través de una carta de petición el permiso para que esta misma comisión
en forma de minga, puedan cortar alrededor de 20 o 30 cargas de ramas. Todo
esto en un ambiente de regocijo y unidad durante todo un día, estas ramas
cortadas quedarán en el lugar durante 15 días aproximadamente, esperando que se
sequen apropiadamente para poder ser usadas, al cabo de este tiempo, la
comisión se reúne nuevamente en el terreno donde fueron cortadas las ramas y
las juntan en huangos o atados, los mismos que serán recogidos un día antes de
la fiesta, que se conoce como el día de
víspera. En acuerdo con las bandas y
los disfrazados (payasos, monos, capariches, molecanas y varias bandas de
pueblo), se señala un punto de encuentro y sede en donde estos dos grupos bailan
con algarabía e incentivan a la comunidad entera, hasta llegar a los predios de
la iglesia, donde se apilan los huangos de eucalipto.
Aproximadamente
a las 18:00 horas se procede a realizar La
Salve que es la misa de
conmemoración, posteriormente a las 21:00 horas, se encienden las chamizas y
los disfrazados bailan al son de las bandas de pueblo, saltan sobre las ramas
encendidas hasta que se ilumina el lugar con la pirotécnicas torres, voladores
y vacas locas. Al terminar el festejo de música y color, las personas regresan
a sus casas, con expectativa del día siguiente, ya que en la madrugada del día
24 de septiembre el cabecilla de los yumbos, con gritos característicos, se
dirige a pie, a la casa de cada uno de los que representarán la yumbada, los
llama escandalosamente, haciéndose notoria su presencia en el barrio. Cuando el
grupo de yumbos esta completo es ya la mañana de dicho día, estos personajes
han bebido alcohol y han comido. Se reúnen en casa del cabecilla, entre tanto
los otros disfrazados van a la parte central, es decir alrededor de la iglesia
y regalan dulces a los niños en un tiempo de danza y gozo entre ellos, los
yumbos se dirigen a la iglesia, donde el
Padre oficiará una ceremonia a las 10:30 de la mañana, dando inicio
oficialmente a los festejos en honor a la Virgen de las Mercedes.
Según
quienes sean los priostes, la imagen será trasladad a esa casa, lugar en donde
existe un ambiente de honra, el cual ha sido previamente decorado y dispuesto
para que la imagen se vea entre muestras de devoción y ofrenda. La familia e invitados
principales de los priostes rezan y hacen sus peticiones hasta que sean las
13:00 horas, al cumplirse ese tiempo, fuera de la casa ya se habrá congregado
el resto de la comparsa. Una vez iniciada la procesión, ésta será encabezada
por los priostes, seguidos de los familiares e invitados principales con sus
familiares. Posteriormente se ubican los capariches, payasos, monos, molecanas
y yumbos, alternados con las bandas propias del sector y aquellas que se han
inscrito en la participación, incitando al baile e invitando a seguir la
caravana, que determinará su trayecto. El cual se basará en el lugar donde
viven los priostes y el número de participantes que la integran (mientras más
sean los participantes, más calles se transitarán), el lugar de destino es
siempre la iglesia; cumplido el recorrido, las mesas de jurado y dignidades en
general, realizan la premiación con trofeos a los participantes en general, es
entonces que se da paso al despliegue de la tradicional yumbada. Aunque no se
relaciona directamente con la procesión de la virgen, es por herencia un
festejo indígena, tal vez el de mayor importancia entre aquellos que habitaron
originalmente este espacio geográfico del Quito preincaico que continua
manteniéndose en medio de festejos coloniales.
Minutos
antes de iniciar la yumbada, se realiza
la asignación de roles, el sorteo para designar quien se vestirá y hará el rol de yumbo para el presente año.
Entre el sonido de instrumentos andinos, se oye, el grito de un yumbo que dice:
alguien ha visto a una mujer que es… (Tienden a describir a una mujer que se
caracteriza por ser de mala reputación, de vida libertina y promiscua con
adjetivos en el idioma Kichwa) y empiezan a buscar a la yumba. La adrenalina comienza
a subir cuando ella huye y se esconde de las enardecidas lanzas que la buscan,
esta mujer se caracteriza por ser ágil y veloz para intentar huir de esta tensa
cacería; cuando ella ha sido herida, la llevan a las gradas de la iglesia y un
acto de ruego por su perdón muere. Este hecho provoca un giro inesperado, ya
que la furia se vuelca hacia el asesino aprendiéndolo, en ese momento, él debe
iniciar un ritual para revivir a la yumba; durante el proceso, se golpea al
supuesto cuerpo muerto, se le lanza objetos, se simula incluso un abuso de los
monos, burlada e insultada, recostada en la tierra con su cara cubierta será procederá
a ser usada como un objeto de rituales, danzas y cantos, finalmente haciendo
uso del alcohol y soplándolo junto con plantas de la tierra logra revivir.
Al
finalizar el ritual, el público que ha asistido comparten las ofrendas que los
Priostes han dispuesto, estos son: la chicha de jora y la comida típica que constituye
la gastronomía andina, papas, shungos, carne, choclo y granos en general que al
terminarse darán paso al festejo
parroquial con las Bandas de Pueblo hasta que caiga la noche y el cansancio los
venza.
El
festejo ha tenido tal magnitud, que en ocasiones, gracias a la gestión de los
Priostes y a la dirigencia del Barrio, se ha podido invitar a la Mama Negra de la
Latacunga, a los Patronos de Zambiza, Calderón, Llano Chico, Cocotog, Nayón y
Cotocollao; así como a los barrios de San José de El Inca, San Miguel, Amagasí
de El Inca, La Campiña, etc. Cuentan con la participación de las Bandas de
Pueblo de cada uno de los primeros lugares mencionados. Estos sectores
permanecían aledaños a San Isidro de El Inca, especialmente antes del proceso
de crecimiento demográfico y urbano de los años 60 y 70, por lo tanto realizan
festejos similares, pues existen procesos histórico-sociales, tales como el
comercio, la industria y la migración interna en general que los hace mantener en
una relación de cercanía.
Otra
fiesta importante es la Novena en honor al Niño Jesús. Este festejo hace alusión
a la época navideña; como toda novena se basa en los nueve días anteriores al
nacimiento de Jesucristo, relatados en las Sagradas Escrituras que según la
participación de los distintos Barrios de la Parroquia Eclesiástica podría
tomar incluso hasta 12 días antes de la Noche Buena. Tradicionalmente la
estructura ha sido la siguiente:
Se
acoge a la venerada imagen, en la casa de los Priostes, que han solicitado
serlo en el año en curso, ellos serán quienes reciban al Niño Jesús, organicen
y gestionen el programa. Por su parte el Párroco realiza una pequeña
celebración religiosa y entonces se hace un festejo en conjunto con la Banda de
Pueblo, o bien una procesión en el Barrio anfitrión, según la organización y
posibilidades de los anfitriones. Siempre habrán niños y adultos disfrazados que
simulen el peregrinar de José y María rumbo a Belén, los reyes magos e incluso
hacen uso de animales reales y junto a ellos los tradicionales capariches,
payasos, molecanas y otros disfraces destinados a la atracción de los niños. El
propósito de cualquiera de estas muestras es la recolección de fondos y
ofrendas para las obras de interés comunal, administradas por la Iglesia con la
figura del Sacerdote y/o comisión que este designe. El orden de participación
de los barrios o calles del sector, es la siguiente:
Día 1. Calle Los Ángeles, donde
amanecerá el niño.
Día 2. Calle Farsalia
Día 3. Barrio Central (Iglesia Antigua)
Día 4. Barrio Buenos Aires
Día 5. Calle Mantocucho
Día 6. La Estación Antigua
Día 7. Calle Los Guabos
Día 8. Calle Las Dalias
Día 9. Calle Las Toronjas
Día
10. Siempre el último día será en la calle Madreselvas, hasta las 22:00 horas,
es decir hasta el 24 de diciembre a media noche, en donde se realiza la
tradicional Misa del Gallo. En caso que hubiera la invitación de otro Prioste,
este realizará otro festejo después de la Misa.
En cuanto al día del Santo San Isidro
Labrador, se realiza una misa en su nombre.
Mapa
del sector
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